viernes, 11 de abril de 2008

Dammi una Vespa e ti porto in vacanza!


La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y vestido de rojo piruetea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión.


Así describía Rubén Darío a la princesa de su sonatina. Quién sabe si quizá William Wyler se inspiró en estos versos para reencarnar a la dama de Darío en la figura de Audrey Hepburn (Anne), protagonista del film Vacanze romane (1953). Una comedia romántica que recrea la típica, tópica pero a la vez cautivadora historia del plebeyo y su princesa. Anne está cansada de los quehaceres de palacio. Y es que la monotonia aburre cuando la vida discurre sin tiempo a darte cuenta de que todo ocurre fuera de la jaula en la que te encerraron. O te encerraste. Así que, lija en mano, Anne consigue escapar de su chasis bañado en oro, acelera la huída de su mundo de cristal y acaba aparcando su macchina en uno de los tantos recoletos que tiene la ciudad de Roma. De incógnito. Como el destino es caprichoso, y nada azaroso, Anne se cruza con un apuesto periodista, Joe Bradley (Gregory Peck), que le corteja durante su anónima visita por la ciudad del amor. ¿A quién no le engancha de vez en cuando una historia de vivieron felices y comieron perdices? Pues al loro. Porque ya saben que puticienta no acostumbra a dar por muerta a la perdiz antes de tiempo. Y lo que parecía un pipiolo acaba siendo un buitre carroñero, porque Joe el giornalista, acompañado de su amigo fotógrafo Irving, intentará aprovecharse del supuesto romance con la princesa para hacerse con el reportaje del año.

Como Anne, puticienta también se ha cansado de tanta diplomacia y está harta de no ser más que una marioneta. Así que ha decidido cortarse los hilos. Puede que al principio le duelan los pies y que le cueste mantener el equilibrio. Pero está decidido: quiere hacer de su vida un circo de malabares. A lo Audrey Hepburn, puticienta se despide de bufones rojos y pavos reales y se va a Roma, de momento, sin vespa.

P.D.1 Este mensaje es para sensiblones y desenamorados: que sí, que al final hay happy ending. Que el amor le hace un jaque mate a la ambición y todos los malvados planes de Joe e Irving se van al carajo.

P.D.2 Para el resto: que sepan que a puticienta no le importaría nada toparse con un simpático embustero corresponsal italiano... Así que vayan corriendo la voz, que el del tiempo ha avecinado ya la llegada a toda la península de un fuerte movimiento sísmico.. *= )

.·. http://es.youtube.com/watch?v=c5gNGjtWuGs .·.


3 comentarios:

joan dijo...

buscando un fragmento de kundera, k no logro recordar en que maldito rincon se esconde, he ido a parar a este blog.. que leyendo leyendo, he descubierto la huella de Percebal. No sé si és el mismo Perceval professor de periodismo de la UAB! Eres de por allí?


º_o

joan dijo...

a, por cierto.. lo que ando buscando es un trozo que habla del momento en que empezamos a encontrar bello algo tan horrible como una fàbrica o una ciudad superpoblada de edificios...

por si me puedes hechar una mano :)


º_o

joan dijo...

bueno, ya lo he encontrado..

tan simple como buscar en el libro :P

"Formas, que en sí mismas son feas, se encuentran casualmente, sinplanificación, en unas combinaciones tan increíbles que relucen con milagrosa poesía.
Sabina dijo:
- Una belleza no intencional. Si. Tambien podría decirse: la belleza como error. Antes que la belleza desaparezca por completo del mundo, existirá aún durante un tiempo como error. la belleza como error es la última fase de la historia de la belleza."

tinc la sensació que ja estem en aquesta fase...


º_o